DOHA.- Bajo el lema «diplomacia, diálogo y diversidad», la capital de Catar acoge este fin de semana el Foro de Doha (Doha Forum, en inglés), reunión en la que altos representantes políticos regionales y globales abordarán los desafíos de una región al borde del colapso marcada por las guerras en Gaza, el Líbano y, ahora, Siria.
El pequeño país del golfo Pérsico se ha consolidado en los últimos años como uno de los principales mediadores entre diferentes países y facciones enfrentadas en Oriente Medio, pero también se ha erigido como un interlocutor clave en el Afganistán de los talibanes e incluso en la invasión rusa de Ucrania.
Con ese bagaje, se espera que el Foro congregue a decenas de ministros de Exteriores, altos funcionarios de Naciones Unidas y académicos que discutirán las formas de abordar las diferentes crisis en Oriente Medio, aunque el gran ausente será Israel, país con el que Catar no tiene relaciones diplomáticas.
La ofensiva islamista en Siria
En el centro de la discusión estará la reciente ofensiva en el noroeste de Siria liderada por la alianza islamista opositora Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham o HTS, en árabe), que ha sumido a la ya azotada región en el caos bélico y amenaza con un colapso del «status quo».
De hecho, los ministros de Exteriores de Turquía -valedora de la oposición al Gobierno del presidente sirio, Bachar al Asad- y de Rusia e Irán -los principales aliados de Damasco- se reunirán en Doha el sábado para abordar la situación en Siria, un avispero en el que cada bando enfrentado está apoyado por una potencia extranjera.
En esta reunión, que se celebrará en los márgenes del Foro, se espera que los tres países garantes del alto el fuego en Siria aborden la situación en el marco del Formato de Astaná, un mecanismo creado en 2017 para buscar una solución al conflicto en el castigado país árabe, en guerra civil desde 2011.
Y es que en poco más de una semana de ofensiva, HTS y otras facciones apoyadas por Turquía han conseguido hacerse con gran parte del noroeste de Siria: la totalidad de la provincia de Idlib -el principal bastión opositor-, gran parte de Alepo e incluso la capital de la estratégica demarcación de Hama, que se encuentra más al sur.
La ofensiva empezó el 27 de noviembre, el mismo día en el que entró en vigor el alto el fuego en el Líbano entre Israel y el grupo chií Hizbulá, un gran aliado de Al Asad que se ha visto severamente debilitado tras poco más de un año de conflicto con el Estado judío en el marco de la guerra en la Franja de Gaza.
Irán y Rusia han mostrado su apoyo «incondicional» a Al Asad, mientras que el presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, este mismo viernes celebró el avance de HTS y confirmó que «desde luego, la meta es Damasco».
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