BRASILIA. El campamento de Brasilia fue el primero en desmontarse este lunes luego de que el magistrado Alexandre de Moraes, del Tribunal Supremo, ordenara, la pasada madrugada, desactivar en un plazo de 24 horas todos los asentamientos de ese tipo.
«Desactivamos el campamento que sirvió como cuartel general de los inaceptables actos antidemocráticos de ayer», dijo Ricardo Cappelli, secretario general del Ministerio de Justicia y quien está a cargo de la seguridad de Brasilia hasta fin de mes, por orden del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Según reportes de las autoridades, en al menos otros nueve estados se desactivaron este tipo de asentamientos o se adelantan acciones para su desmonte.
En la mayoría de casos no se han registrado incidentes, salvo en Belén, capital del estado amazónico de Pará, donde cinco personas fueron arrestadas por poner resistencia.
La decisión del juez del Supremo se produjo luego de los ataques de bolsonaristas radicales a las sedes del Congreso, la Corte Suprema y el Palacio presidencial de Planalto, en un intento por derrocar a Lula.
En la sede del Tribunal Supremo, del Congreso y en el Palacio de Planalto, sede del Gobierno, los radicales causaron cuantiosos daños, destruyeron mobiliario, equipos informáticos y obras de arte colocadas en los despachos.
EFE