Châtel (Francia).- Bob Jungels derribó las Puertas del Sol en solitario al ser el vencedor de la novena etapa del Tour de Francia disputada entre Aigle (Suiza) y Châtel (Francia), de 192,9 km, en la que Tadej Pogacar reforzó con 3 segundos más el maillot amarillo gracias a una aceleración en la recta de meta.
En una jornada de desgaste marcada por el calor, Jungels, ganador de Lieja-Bastoña y de una etapa en el Giro, se estrenó en el Tour con una hazaña considerable, rodando en solitario los últimos 60 kilómetros, haciendo inútil el esfuerzo de sus perseguidores.
El de Luxemburgo rompió el aire de un puñetazo en su día más especial. Entró victorioso en Châtel-Las puertas del Sol con un tiempo de 4h.46.39, superando en 22 y 25 segundos a los españoles Jonathan Castroviejo (Ineos) y Carlos Verona (Movistar), segundo y tercero, respectivamente. Ambos superaron al final al francés Pinot, que cedió 40.
En el sector de los favoritos un nuevo aviso de Pogacar. Ningún zarpazo, pero el esloveno poco a poco va alejando a sus rivales. Ya se habían firmado tablas, pero arrancó a 200 metros de la meta, entró con Vingegaard a rueda y «picó», con 3 segundos sobre Geraint Thomas, Yates, Enric Mas y Nairo Quintana.
Las víctimas de la jornada más calurosa del Tour castigó al ruso Vlasov con una carga de 27 segundos, a Rigoberto Urán 6.27 minutos, hundido, y eliminado su compatriota colombiano Daniel Martínez, quien entró a más de 16.
La competencia se dirige a la segunda jornada de descanso con Pogacar como patrón absoluto, seguido a 39 segundos por el jefe indiscutible de la oposición, el danés Jonas Vingegaard, ya pasando del minuto Geraint Thomas a 1.17. Enric Mas ganó un puesto, es octavo a 1.50, y Nairo Quintana cierra el «top ten» a 2.13.
ESCAPADA CON LUISLE, VERONA, IZAGIRRE Y CASTROVIEJO
Jornada de montaña, pero sin grandes pendientes, propicia para una fuga que se intentó desde el banderazo en la inédita ciudad de Aigle, sede de la Unión Ciclista internacional, en cuya academia se han formado, entre otros, el cuádruple ganador del Tour de Francia, Chris Froome, y el colombiano Daniel Felipe Martínez, ambos en carrera.
El pelotón salió animado por los valles del cantón del Vaud, en la única zona llana del día, en un tramo rodeando el Lago Leman, en esa zona donde se observa en panorámica los bancales de viñedos que trepan por las laderas. Se quedó en el hotel el «filósofo» galo Guillaume Martin (Cofidis), afectado por el Covid, problema que empieza a preocupar mucho a las altas esferas del Tour, incluso al líder Tadej Pogacar.
Pasados los 50 km, se organizó una escapada numerosa con 21 hombres dispuestos a abrir las puertas del sol en Châtel. Los equipos de los favoritos abrieron el semáforo para la aventura. Entre ellos 4 españoles, Ion Izagirre, Luis León Sánchez, Carlos Verona y Castroviejo.
Cuatro nacionales con el deseo de romper la racha de ayuno español en el Tour. Desde Omar Fraile en la jornada de Mende en 2018, no hay en la «grande boucle» victorias españolas. Se metieron en un proyecto de entidad, donde el mejor clasificado era el colombiano Rigoberto Urán, a 3.24 de Pogacar.
En la expedición también se infiltró el inagotable Van Aert, dando pasos cada día para enfundarse en París un maillot verde que tiene bien hilvanado. Además, 9 de los 21 fugados sabían lo que era ganar etapas en el Tour. Por la experiencia de los elegidos no iba a quedar.
UAE CONTROLA CON SOLER DE LOCOMOTORA, JUNGELS SE DISPARA
Un día más el UAE de Pogacar se tuvo que poner a trabajar, asumiendo el ritmo del pelotón para evitar diferencias abismales. Marc Soler, operario de lujo del esloveno, tiraba para estabilizar la escapada en torno a los 3 minutos, que era el retraso en la cima del Col des Mosses (2a), km 108 de carrera.
La parte interesante estaba en los últimos 70 km con los dos primeros del menú, el Col de la Croix (8,1 km al 7,6 %), donde se coronaron como destacados Geschke y Jungels, con los perseguidores a 20 segundos y el grupo de favoritos dirigido por Soler a 2.25. En la bajada se esfumó Jungels, todo un ganador de la Lieja-Bastoña.
El triunfador de la etapa se cargó de fe y coraje para echarle el pulso ganador a los perseguidores y al pelotón de ilustres, donde Soler acabó agotado por su enorme trabajo en los aledaños del Pas de Morgins (1ª, 15,4 km al 6,1 %), con la cima en Châtel, una estación de esquí situada en la Alta Saboya, fronteriza con Suiza, por donde el ciclista luxemburgués seguía soñando con la hazaña.
CASTRO Y VERONA CON LA MIEL EN LOS LABIOS, POGACAR RECAUDA
Por detrás se iban mostrando debilidades. Se descolgaron Van Aert y Urán en el grupo perseguidor. Entre los hombres de la general se rindieron Daniel Martínez y Vlasov. El desgaste iba pasando factura. Mientras Jungels se abría camino sufriendo con el maillot abierto de par en par para soportar el intenso calor, el galo Thibaut Pinot atacó lejos de la cima de Morgins, iniciando una emocionante labor de caza.
Pinot fue limandole tiempo a Jungels hasta quedarse a unos 20 segundos con 9 km para llegar a la meta. Dio la impresión de que la caza iba a ser inminente. El ciclista de Lure se creció entre los gritos de «!!Pinot, Pinot¡¡» que salían de las cunetas atestadas del ascenso, pero no logró rematar lo que hubiese sido una remontada para recordar mucho tiempo.
Le faltaron las fuerzas que tuvo Jungels, quien sufriendo un calvario logró firmar su proeza. Fue el último superviviente de la fuga del día. El corredor de Rollingem, de 29 años, ocho veces campeón nacional de crono y seis en ruta, que no ganaba fuera de su país desde 2019, no se dejó atrapar, ni por Pinot ni por Castroviejo y Verona.
Este lunes el Tour de Francia disfrutará de su segunda jornada de descanso antes de entrar en las etapas de los grandes puertos alpinos. Es la semana de las llegadas en alto en el Granon y Alpe D’Huez como citas estelares, verdaderos exámenes por la general. El martes vuelve la carrera con la décima jornada entre Morzine y Megève, de 148,1 km.
EFE