REDACCIÓN DEPORTES.-Givanildo Vieira de Sousa es un nombre que no le suena a nadie en el deporte. Pero en el mundo del balón, Hulk es puro poder goleador y la principal arma del Atlético Mineiro para la final de la Copa Libertadores frente a Botafogo.
Tiene 38 años, dos décadas en el fútbol, 1,80 de estatura, pesa 90 kilos y se ufana de mantener en un 9 % su grasa corporal, datos que revelan la auténtica masa de músculos que es este goleador que debe su apodo al forzudo gigante verde de Marvel Comics.
En esta temporada, acumula 19 goles y 11 asistencias, cifras que aún puede ampliar en la final de la Copa Libertadores este sábado y en los partidos que restan del Campeonato Brasileño.
A lo largo de una carrera profesional que dio inicio en 2004, Hulk ha marcado 440 goles, de los cuales solamente once fueron en los 49 partidos que jugó entre 2009 y 2021 con la selección brasileña, en la que nunca llegó a imponerse como titular absoluto.
Givanildo nació en la ciudad de Campina Grande, en el estado de Paraíba. Único hijo varón en la humilde familia de Gilvan y Socorro, que creció compartiendo habitación con tres de sus seis hermanas.
Gilvan mantenía a los suyos con su trabajo en un mercado popular en el que vendía carnes, a veces con la ayuda del entonces pequeño Givanildo, quien ya era corpulento pero no exhibía los músculos de hoy. Debutó en el Vitória a los 17 años, como suplente. En los dos únicos partidos que jugó en ese equipo en 2004 actuó como lateral derecho y no supo lo que era anotar.
El actual técnico del Atlético Mineiro, el argentino Gabriel Milito, lo define como «un jugador incansable y decisivo», que «aparece siempre que tiene que aparecer» y que es para el equipo «un auténtico líder», por su «enorme experiencia y entrega».
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EFE