CIUDAD DE PANAMÁ.- El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, insistió este jueves en que la región panameña de Darién «es la otra frontera» de Estados Unidos y que así debe entenderlo el presidente electo de ese país, Donald Trump, quien ha anunciado un endurecimiento de la política migratoria estadounidense.
«Y repito lo que he dicho: él (Trump) tiene que saber que su otra frontera, de EE.UU., está en Darién, y que tenemos que empezar a resolver eso de manera bilateral o en conjunto con un grupo de países que son los que aportan personas para el flujo migratorio» por la jungla, que es la frontera natural de Panamá y Colombia, afirmó Mulino durante su conferencia de prensa semanal.
Estados Unidos, agregó el gobernante panameño, «tiene que tener mayor conciencia de que ese (el flujo de migrantes irregulares por el Darién) es un problema de ellos, esa gente no viene a quedarse en Panamá (…) quiere ir a Estados Unidos por las razones que cada quien tenga».
En 2023, la cifra histórica de más de 520.000 migrantes irregulares llegaron a Panamá tras cruzar la jungla. Este año ha bajado el flujo migratorio y hasta el pasado 31 de octubre más 281.000 viajeros habían hecho el recorrido, en su mayoría venezolanos (más de 196.000), según los datos del Servicio Nacional de Migración panameño.
«Panamá está haciendo lo que puede hacer», invirtiendo una «barbaridad de millones todos los años» en seguridad y atención médica y de alimentación a los migrantes, pero «mientras subsista la crisis en Venezuela todo indica que esto va a continuar, con el drama humano» que implica, sostuvo Mulino.
Recalcó que los venezolanos son la mayoría de los que cruzan la selva, con el 69 % según las estadísticas panameñas, seguidos de los colombianos (6 %); ecuatorianos (5 %), chinos (4 %) y haitianos (4 %). El resto proceden de medio centenar de países del mundo.
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