WASHINGTON/TORONTO.- Las amenazas de Donald Trump de imponer aranceles del 25 % a México, Canadá y las reacciones iniciales de estos dos países a los planes del presidente electo estadounidense prometen dinamitar el tratado de libre comercio que existe en Norteamérica desde 1994.
En Canadá, el primer ministro, Justin Trudeau, ha programado para este miércoles una reunión de emergencia con todas las provincias del país en la que se tratará de acordar una estrategia para responder a su aviso.
De momento, las provincias canadienses, capitaneadas por Ontario, la más industrial y centro del sector del automóvil de Canadá, respaldan desmantelar el actual tratado de comercio trilateral, T-MEC, para que Washington y Ottawa negocien un acuerdo bilateral sin México.
El temor en Canadá es que incluso unos aranceles del 10 % le costarían a la economía canadiense alrededor de un 1 % de su Producto Interior Bruto (PIB), equivalente a unos 30.000 millones de dólares estadounidenses. Un 25 % sumiría a Canadá en una profunda recesión.
En México, la presidenta, Claudia Sheinbaum, ha enviado una carta a Trump, y prevé enviar otra a Trudeau, en la que aboga por la «cooperación y entendimiento económico recíproco», pero también sugiere que las autoridades mexicanas responderían con sus propios aranceles.
La presidenta de la Cámara de Comercio de Canadá, Candace Laing, igualmente defendió el martes una respuesta canadiense que deje atrás la tradicional imagen del «buen vecino» y se acerque más al ojo por ojo.
En lo que Neto y Dine coinciden, así como la inmensa mayoría de economistas, es que los aranceles dañarán también la economía estadounidense. Cálculos canadienses hablan de 125.000 millones de dólares estadounidenses al año.
«La economía estadounidense está muy centrada en el consumidor y sumamente dependiente de los bienes de México y Canadá. Los precios subirán, el PIB se encogerá y se perderán empleos. Todo esto en Estados Unidos», dice Dine.
Dine también subraya que los aranceles con los que Trump amenaza son temporales, hasta el momento en que México y Canadá atajen el flujo «invasor» de fentanilo e inmigrantes indocumentados que el político republicano achaca a estos dos países.
Pero fiel a su personalidad, de momento Trump ha provocado un caos a su alrededor que sacude relaciones que se creían estables desde hacía décadas y un T-MEC que debería estar en vigor al menos hasta 2026.
El jefe de Gobierno de Ontario, el conservador Doug Ford, respondió indignado a la sugerencia de que EEUU tiene en su frontera con Canadá el mismo problema que con México.
«Compararnos es lo más insultante que nunca he escuchado por parte de nuestros amigos (estadounidenses)», declaró Ford. Una declaración que amenaza con causar daños irreparables a las relaciones entre Canadá y México.
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EFE