CARACAS.- El estreno de Ruud Van Nistelrooy en la Premier League como técnico interino del Manchester United, tras la goleada de resurrección en la Copa de la Liga, no dejó ningún milagro en Old Trafford, donde el ímpetu de los ‘diablos rojos’ acabó en impotencia ante Chelsea con una alegría que duró apenas cuatro minutos, el tiempo que separó el tanto de penalti de Bruno Fernandes a un gran gol de Moisés Caicedo.
La mano de Van Nistelrooy, en un Manchester United vertical y menos acomplejado, con más personalidad que en un inicio de temporada para el olvido que le costó el cargo a Erik Ten Hag, no fue suficiente para derrotar al Chelsea en un partido que pudo caer para cualquiera de los dos lados.
Las derrotas sorprendentes de Manchester City y Arsenal dejaban al Chelsea la posibilidad de meterse de ello en la pelea en la zona alta. Lo dejó escapar pero accedió a la ‘zona Champions’ asaltando el cuarto puesto gracias a Caicedo. Su partido repleto de firmeza en el centro del campo lo culminó con un tanto de bella factura que evitó la derrota.
A la espera de Rúben Amorim, con aún un par de partidos por delante para Van Nistelrooy hasta que el técnico portugués se libere y tome los mandos, el United le puso ímpetu.
Las dudas iniciales, cuando los costados del Chelsea avisaban con Pedro Neto inspirado, Palmer aparecía con libertad de movimiento y se topaba con De Ligt, salvador evitando el tanto ya tumbado en el césped.
Cuando la madera evitaba el primero en un cabezazo en el primer palo tras córner de Madueke, apareció la movilidad de Bruno Fernandes y la oportunidad de correr en contragolpes que siempre perdonó Manchester United.
Rashford, con un regate de alta escuela pegado a línea de fondo, fue el primero que probó a Robert Sánchez. Bruno perdonaba el rechace. Era el primer aviso.
Pero le faltó calma en los metros finales a un equipo que deambula en la decimotercera plaza y que tan solo marcó nueve tantos en diez jornadas. Garnacho fue el ejemplo, perdonando una contra tres contra tres con un disparo blando primero y libre de marca en el punto de penalti, con todo para marcar ya en el segundo acto.
Ya se había igualado también el partido en disparos al poste porque en la última acción de la primera parte, Rashford, libre de marca en el segundo palo, enganchó un centro suave de Bruno a mismo pico de la cruceta.
Ante la falta de orden, el encuentro se convirtió en un pulso a la carrera. Si Neto le metía velocidad, respondía Garnacho, y así llegó el pase del partido. Lo firmó Casemiro, desde un lateral del centro del campo. Plano, a la espalda de los centrales.
Lo mató Hojlund con la zurda, derribado por Robert Sánchez cuando lo encaró, con la precipitación del portero español, que no tocó balón y se llevó por delante al rival. Bruno lo engañó con el cuerpo en el lanzamiento.
Sonreía Old Trafford que incluso llegó a pensar en la esperada reacción con dos triunfos seguidos de su equipo. Nada más lejos de la realidad porque cuatro minutos después sufrió otro golpe.
Tras un saque de esquina y un balón rechazado que llovió del cuelo y lo enganchó Caicedo a la perfección en la frontal con un disparo potente raso, imparable para Onana.
Era la recta final del partido y ambos equipos no se conformaron con el empate. Acabaron perdonándose. Primero la remontada Chelsea, tras resbalón de De Ligt que aprovechó Jackson para dejar el balón a la llegada de Enzo que chutó arriba.
Y en el último minuto un gran disparo escorado con el exterior del pie de Garnacho y el rechace a la grada de Bruno Fernandes que no cambió el rumbo del Manchester United en la Premier.
EFE