GINEBRA – Diversos programas de asistencia de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en Colombia han tenido que ser suspendidos o reducidos, debido entre otros factores a los recortes en la financiación que recibe el organismo, reconoció este viernes su portavoz William Spindler.
La organización, que tenía a EEUU como su principal contribuyente en el continente americano antes de que Washington anunciara drásticos recortes en su ayuda a la cooperación internacional, necesita 118,3 millones de dólares para continuar su trabajo este año, indicó la fuente oficial en rueda de prensa.
«Años de progresos en la protección y la integración de poblaciones desplazadas podrían perderse; y los más vulnerables, niños, mujeres y familias, pagarán el mayor precio», advirtió a los periodistas acreditados ante Naciones Unidas en Ginebra.
Spindler citó por ejemplo que se ha tenido que detener la distribución de ayuda humanitaria (sábanas, productos higiénicos, linternas, etc) en el área de Catatumbo, donde el recrudecimiento del conflicto entre grupos armados en esa zona vecina a Venezuela ha causado el desplazamiento de unas 63.000 personas.
Al mismo tiempo, ACNUR ha tenido que suspender dos programas de apoyo a más de 17.000 niños que había iniciado en 2024, «lo que pone a miles de ellos en grave peligro de ser reclutados por grupos armados o ser sometidos a otras explotaciones y abusos», alertó el portavoz.
Los problemas financieros también amenazan con detener las labores de regularización de unos 500.000 venezolanos refugiados en Colombia, así como el apoyo a los programas del Gobierno colombiano para legalizar asentamientos informales de más de 100.000 desplazados internos, indicó el portavoz de ACNUR.
«Los recortes afectan a las labores de estabilización, integración local y autonomía de refugiados y desplazados», resumió Spindler, quien recordó que Colombia tiene unos siete millones de desplazados internos, a los que hay que sumar más de 3 millones de refugiados y migrantes venezolanos y medio millón de retornados colombianos que habían huido de la violencia.
También señaló que sólo se han recibido un 4,6 % de los 1.400 millones de dólares que la ONU se había fijado en 2025 como objetivo para financiar su asistencia a refugiados y migrantes venezolanos en Latinoamérica.
El portavoz insistió que aunque EEUU había sido una importante fuente de financiación de los programas de ACNUR en Latinoamérica, «otros donantes han llevado a cabo generosas contribuciones en Colombia, caso de Japón, Suecia, Corea del Sur o España».
«Estamos contactando con ellos para insistir en la necesidad de continuar este apoyo vital, y también proseguimos las conversaciones con las autoridades estadounidenses para poder contactar con su ayuda en el futuro», agregó.
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EFE