MIAMI.- Evitar que las toneladas de sobras de una feria gastronómica y de un supermercado de moda acaben en el vertedero moviliza a los que luchan en Miami contra el desperdicio alimentario por razones tanto humanitarias como ambientales.
Es lo que hicieron este fin de semana voluntarios de la organización Food Rescue, a los que EFE acompañó primero a un supermercado en Coral Gables, una ciudad vecina a Miami con una población de alto poder adquisitivo, y posteriormente y cargados de alimentos a un barrio del norte de la ciudad conocido como el Pequeño Haití, donde nada sobra.
«Hay mucha gente en el sur de Florida con inseguridad alimentaria», dijo la voluntaria Jane Marie Russell, una abogada de 38 años que lleva años dedicada a esta misión.
Diego López, empleado del supermercado Trader’s Joe, explicó a EFE que «aunque los alimentos se encuentran en perfecto estado» se donan, porque están al límite de la fecha para su venta y, por normativa, deben retirarse.
Los empleados de Trader’s Joe aparecieron en el área de carga del supermercado con cajas repletas de manzanas, plátanos, piñas y conservas que los voluntarios apilaron como pudieron en dos automóviles para poner rumbo al Pequeño Haití.
Diferentes estudios señalan que cerca de un tercio de la comida producida en el mundo se desperdicia.
A la preocupación por razones humanitarias se suma la ambiental, porque cuando esa comida sobrante llega a los vertederos se pierde toda la energía y el agua empleado en su procesamiento.
Además, en los basureros los alimentos se pudren y producen metano, un gas de efecto invernadero más potente que el dióxido de carbono.
Food Rescue, fundada en 2011 para crear un modelo de rescate de alimentos, está decidida a frenar el derroche. En sus trece años de actividad ha cambiado el destino de 64 millones de kilos de alimentos.
La responsable para el sur de Florida de Food Rescue, Ellen Bowen, dijo a EFE que este fin de semana es especial, ya que una vez al mes se realiza una entrega masiva de comida a personas necesitadas en algún punto del condado de Miami-Dade, en esta ocasión la Peniel Church of Nazarene.
Allí estaba la venezolana Ana María Díaz, de 33 años, que señaló a EFE que está «en proceso de tramitar ‘papeles’ para residir en Estados Unidos» y no trabaja, por lo que necesita ayuda para alimentarse.
El trabajo de Food Rescue no es solitario y cuenta con el apoyo de instituciones como la Universidad Internacional de Florida (FIU).
La venezolana Keidybel Rincón, estudiante de maestría del programa de la FIU de la Escuela Chaplin de Hospitalidad y Gestión Turística, señaló hoy a EFE que recientemente más de 40 toneladas de desechos no llegaron a los vertederos gracias a una iniciativa de la entidad.
Parte de esos alimentos fueron donados a instituciones locales para personas sin hogar, dentro de una labor que se realiza desde hace más de 15 años, mientras que el reciclado de plástico se retomó este 2023 después de 10 años de parón.
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, solo en Estados Unidos la producción de alimentos perdidos o desperdiciados genera el equivalente en emisiones de gases de efecto invernadero a 43 millones de automóviles, un problema al que entidades como Food Rescue o los estudiantes de FIU tratan de dar solución.
EFE