LISBOA- Cerca de 130 hombres y niños víctimas de abusos sexuales pidieron ayuda en 2022 a la asociación portuguesa Quebrar o Silêncio (Romper el Silencio, en español), un 32,3% más que en el año anterior, y los agresores eran mayoritariamente familiares y conocidos, divulgó hoy la institución.
En total, recibieron las peticiones de ayuda de 127 hombres y niños víctimas de abuso sexual, pero también de 54 familiares y personas amigas de víctimas, 19 mujeres víctimas de violencia sexual y 4 hombres víctimas de violencia doméstica, informó la entidad en un comunicado.
La media de las edades de las 127 víctimas fue de 36 años, siendo el más joven de 16 y el mayor de 67 años.
«A pesar de que el tiempo de silencio es, de media, más de 20 años, cada vez vemos más jóvenes víctimas buscando nuestro apoyo. Esto es extremadamente positivo«, afirmó el presidente de la entidad, Ângelo Fernandes.
También aumentó el número de denuncias de hombres adultos -aunque la mayoría de los casos denunciados son de menores-, porque hay «cada vez más casos de abusos en edad adulta y en varios contextos», como en la intimidad, de parejas, salidas nocturnas «e incluso en contexto de salud».
«Para estos hombres hay un conjunto de otros obstáculos en la búsqueda de apoyo, como el estigma muy grande relativo a los hombres adultos que son víctimas de violencia sexual. Persisten ideas equivocadas, como, por ejemplo, que un hombre adulto no puede ser abusado sexualmente», añadió Fernandes.
Tampoco es posible especificar un perfil de víctima, ya que las hay de todos los niveles de formación educativa: hombres casados, solteros y divorciados, con hijos y sin ellos, empleados, empresarios o desempleados.
En el caso de los agresores, «la gran mayoría» tenía un contacto previo con la víctima y «la mayoría» era de la propia familia, seguidos de amigos o personas próximas.
Quebrar o Silêncio, que tiene 6 años de experiencia, acumula 594 peticiones de ayuda de hombres y niños víctimas de violencia sexual desde su fundación.
Los abusos han afectado a nivel personal, social y profesional a las víctimas y «muchos» relatan problemas para establecer relaciones de confianza con otros, dificultad para relajarse, baja autoestima y niveles altos de ansiedad, entre otros síntomas, precisó la entidad.
EFE