La OPEP calcula que el mundo consumirá este año unos 101,8 millones de barriles de crudo al día (mbd), sin cambios desde sus estimaciones del pasado mes, pero con la advertencia de que esa demanda está sometida a varias incertidumbres relacionadas con tensiones geopolíticas y la evolución de la pandemia de la covid-19.
Este nivel de demanda supone una subida del 2,2 % respecto a la de 2022, con China e India como los países que más tirarán de ese aumento.
«Sin embargo, esta previsión está sujeta a muchas incertidumbres, como la evolución económica mundial, los cambios en las políticas de covid-19 y las tensiones geopolíticas en curso», señalan los analistas de la OPEP en el informe mensual de enero, emitido este martes en Viena.
Entre los países industrializados de Europa, América y Asia, integrados en la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la subida de la demanda será en 2023, según la previsión de la OPEP, sólo del 0,72 %, menos de un tercio del aumento experimentado el año pasado.
Respecto a Europa, el informe advierte de que la inflación eleva el riesgo de una recesión y que la demanda de crudo podría estancarse en los dos primeros trimestres del año.
En Estados Unidos, el aumento de la demanda en el primer y segundo trimestre del año estará impulsada principalmente por el diésel y el combustible de aviación.
EFE