CÚCUTA.- En la frontera de Colombia con Venezuela se siente en el aire el entusiasmo por la anunciada reapertura de los pasos entre el departamento de Norte de Santander y el estado de venezolano de Táchira, que los habitantes de la zona ven como un nuevo comienzo de la relación bilateral.
En el puente internacional Simón Bolívar, el principal de los cuatro que conectan a los dos países en la zona de Cúcuta, trabajadoras colombianas lavan con agua y jabón el exterior de las oficinas de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), mientras un albañil resana y pinta las paredes internas para que estén como nuevas cuando vuelva la normalidad.
Los trabajos incluyen además la restauración de redes eléctricas con el fin de poner a punto las instalaciones para cuando se materialice la reapertura fronteriza prometida por el nuevo presidente colombiano, Gustavo Petro.
Este paso fronterizo fue en el pasado el más dinámico del país por su intensa actividad comercial pero está cerrado a los vehículos desde hace siete años, por orden del presidente venezolano, Nicolás Maduro, por lo que cualquier movimiento para la anunciada normalización ilusiona a quienes siguen transitando a pie por la zona.
«Si abren la frontera sería un cambio favorable para todos, el cierre nos dejó muy afectados», cuenta Ernesto Oliveros, vendedor de agua y refrescos en La Parada, un caserío colombiano situado frente a la ciudad venezolana de San Antonio del Táchira.
A La Parada, que hace parte de Villa del Rosario, en el área metropolitana de Cúcuta, capital de Norte de Santander, siguen llegando a diario venezolanos que cargan o arrastran maletas con víveres y otros productos comprados del lado colombiano, pero ya no son las multitudes de los años anteriores a la pandemia, cuando diariamente llegaban a pasar más de 35.000 venezolanos, sino más bien pocos.
EFE / Unión Radio