LOS ÁNGELES.- María Contreras y Mónica Davis se consideran «hermanas» desde hace dos años cuando ambas empezaron a compartir parte de un hígado de un donante como parte de una novedosa técnica de la Clínica Cleveland (EEUU) que busca reducir los riesgo de trasplantes de órganos divididos de personas fallecidas.
«Nacimos unidas el día que recibimos el trasplante», aseguró a Efe Contreras en una entrevista telefónica desde Cleveland (Ohio), al cumplir esta semana dos años totalmente recuperada.
La puertorriqueña agregó que el hígado que comparte con Davis las unió como hermanas, «especialmente en la alegría de saber que estamos vivas».
Las dos residentes de Ohio se convirtieron en un ejemplo de éxito de los médicos de esa clínica, que cuenta con el más ambicioso programa de trasplante de hígado en el país.
Cristiano Quintini, director de la unidad trasplante de hígado, dijo a Efe que el éxito de dicho procedimiento simultáneo al que se sometieron las dos mujeres en julio de 2020 marca «un avance» en los trasplantes de hígado.
EFE