BRUSELAS.- El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, afirmó hoy que Italia y otros cinco Estados miembros, de los que no dio el nombre, deben vigilar su elevada deuda pública y reducirla progresivamente al tiempo que incentivan el crecimiento en la situación de incertidumbre actual.
«Los países con una deuda elevada, entre los que identificamos seis, incluida Italia, tienen que centrarse en las finanzas públicas. El reto, fácil de decir pero difícil de aplicar, es mantener la tendencia de la economía en territorio positivo, superar la crisis en Ucrania, y al mismo tiempo controlar la elevada deuda», dijo Gentiloni en un encuentro en la Asociación de la Prensa Extranjera en Roma.
«Las deudas son sostenibles, pero hay que mantener la atención», añadió.
Italia tuvo en 2021 una deuda superior al 150 % del producto interior bruto (PIB) y el Gobierno de Mario Draghi se ha fijado para este año bajarla hasta el 147 %, para rozar el 140 % en 2025.
En el caso de España, aunque el comisario no citó ningún otro país, las últimas proyecciones de la Comisión Europea, publicadas el pasado 16 de mayo, apuntan a que la deuda pública bajará al 115,1 % del PIB en 2022 y al 113,7 % en 2023, en ambos casos menos de lo anticipado en noviembre.
Gentiloni admitió que la situación actual global es difícil, pero descartó hablar de recesión: «Podemos evitar que el PIB entre en terreno negativo, aunque la incertidumbre y la desaceleración sean evidentes».
Por eso, subrayó, los Veintisiete han acordado suspender también en 2023 las reglas fiscales del Pacto de Estabilidad y Crecimiento que establecen límites del 3 % y del 60 % del PIB para el déficit y la deuda de cada país.
En el escenario más severo, «suponiendo un fuerte recorte de los suministros de gas desde Rusia», las previsiones de crecimiento del PIB para 2022 y 2023 «podrían sufrir un impacto de 2,5 y 1 punto porcentual, mientras que la inflación aumentaría 3 puntos porcentuales en 2022 y más de 1 punto en 2023 por encima de la proyección de base».
EFE