CARACAS.- Ante la presencia de casos de fiebre amarilla en Colombia que ya cobró la vida de 37 personas, es importante conoce sobre esta enfermedad su alto impacto y riesgo de propagación internacional.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la fiebre amarilla ha causado grandes brotes que interrumpieron economías, desarrollo y, en algunos casos, diezmaron poblaciones.
Desde 1970, la fiebre amarilla ha resurgido como una amenaza para la salud pública en las Américas. La enfermedad es endémica en territorios y regiones de 13 países y territorios en América Central y del Sur (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Guyana, Panamá, Paraguay, Perú, Surinam, Trinidad y Tobago, y Venezuela), causando brotes y muertes. En 2014, el virus se propagó más allá de la cuenca del Amazonas. Algunos atribuyen esta propagación a cambios en los mosquitos y los humanos.
¿Cómo se transmite la fiebre amarilla?
La fiebre amarilla es una infección viral hemorrágica que se propaga a través de la picadura de un mosquito infectado de la especie Aedes aegypti. Existen posibilidades de que los síntomas no sean perceptibles en algunas personas. Además, se presentan ciertas dificultades en diferenciar la fiebre amarilla ante otras fiebres hemorrágicas virales como el arenavirus, hantavirus o dengue.
Principales síntomas
El tiempo que tarda en manifestarse la infección tras la picadura del mosquito oscila de tres a seis días. Los síntomas pueden variar desde leves hasta graves, y se dividen en dos fases principales, la aguda y la tóxica. En la primera, el contagiado puede experimentar desde fiebre, náuseas, pérdida de apetito, vómito hasta dolores de cabeza y musculares. La segunda fase, se caracteriza por ictericia, sangrado y color oscuro en la orina, entre otros síntomas.
Antecedentes en Venezuela
En el país, la fiebre amarilla ha sido un problema de salud pública desde la época colonial, cuando fue introducida desde África. De acuerdo a un informe de la Organización Panamericana de la salud (PAHO), en la última década, factores como problemas con la distribución del agua, altos índices entomológicos y a la alta densidad de mosquitos Aedes incrementaron las infecciones en centros urbanos.
Los cuales fueron mermados, a excepción de la transmisión selvática, que para 2021 se mantuvo a lo largo del año, siendo más frecuente entre los meses de junio y octubre.
Estos focos de transmisión selvática, se registraron en regiones como Bolívar, Zulia y Portuguesa. En 2021 se reportaron casos significativos en humanos y primates no humanos en el estado Monagas y Anzoátegui, destacando la persistencia de la transmisión selvática, menos en zonas montañosas.
Esto a que, la epidemia se genera en regiones donde existe una gran población de mosquitos infectados y donde las personas, al no estar vacunadas, presentan poca protección inmunológica, explicó la OMS.
La Organización Panamericana de la Salud asegura que en Venezuela el 70% de los estados «soportan la transmisión selvática», y que el país posee tres corredores naturales que favorecen la propagación:
- Foco oeste: en el sur del corredor del Lago de Maracaibo y las zonas de municipios contiguos.
- Foco suroeste: en el corredor San Camilo: corresponde a los estados de Apure, Barinas, Portuguesa y Táchira.
- Foco sur: en el corredor de Guyana, en los estados de Amazonas y Bolívar.
Asimismo, los focos selváticos registrados para ese año se asociaban a « la circulación viral en países fronterizos, principalmente en Brasil y Colombia». Este último, declaró Estado de emergencia por brote de fiebre amarilla, por lo que se recomienda tomar previsiones.
Prevención y Control
-La fiebre amarilla es prevenible mediante una vacuna segura y eficaz que proporciona inmunidad de por vida con una sola dosis, según la OMS
– Se debe controlar la población de mosquitos mediante fumigación y eliminación de criaderos.
– Promueve el uso de repelentes y mosquiteros, además de la aplicación de larvicidas en recipientes y otros lugares con agua acumulada.
– Supervisa vectores epidemiológica para detectar y contener brotes.
Educarse acerca de la fiebre amarilla es crucial para prevenir su propagación que genera diversas repercusiones, no solo en Venezuela, sino también a la seguridad sanitaria mundial.
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Con información de la OMS / Unión Radio