REDACCIÓN CIENCIA.- Restringir el consumo de azúcar en los primeros mil días de vida -desde la concepción a los dos años- reduce el riesgo de sufrir diabetes e hipertensión en la vida adulta, según un estudio basado en el racionamiento de alimentos aplicado en el Reino Unido tras la Segunda Guerra Mundial.
El estudio, cuyos detalles se publicaron este jueves en la revista Science, confirmó que el desarrollo temprano es un periodo crítico para la salud de las personas a largo plazo y que seguir una dieta inadecuada en este periodo tiene consecuencias negativas en la edad adulta.
A pesar de que las directrices dietéticas recomiendan no añadir azúcar en los primeros años de vida, en Estados Unidos es frecuente sufrir una elevada exposición al azúcar desde el útero -a través de la dieta materna- y durante la lactancia materna y la alimentación específica para bebés.
Además, las investigaciones sugieren que la mayoría de los lactantes y niños pequeños consumen a diario alimentos y bebidas azucarados.
Para estudiar los efectos a largo plazo del consumo precoz de azúcar en la salud, Tadeja Gracner, de la Universidad del Sur de California, y un equipo de científicos de las universidades de Berkeley, Chicago, y McGill, examinaron los efectos del racionamiento de azúcar y dulces impuesto en el Reino Unido al acabar la Segunda Guerra Mundial, un experimento natural que duró hasta 1953.
En ese periodo de restricciones, la ración de azúcar recibida por los ciudadanos era comparable a las directrices dietéticas actuales, incluidas las destinadas a embarazadas y niños pequeños, pero al terminar el racionamiento, el consumo de azúcar prácticamente se duplicó de la noche a la mañana.
EFE