BRUSELAS.- El gran duque Enrique de Luxemburgo designará el próximo martes a su hijo, el príncipe Guillermo, como lugarteniente-representante del país, un cargo que le habilitará para asumir ciertos poderes que ahora solo desempeña el jefe del Estado y que tradicionalmente suponen el paso previo a su abdicación definitiva.
«Debemos mirar al futuro con optimismo, sabiendo que juntos podemos lograr grandes cosas. ¡Viva Luxemburgo, viva Europa!», declaró el gran duque Enrique el pasado 23 de junio cuando anunció por sorpresa su decisión durante la ceremonia oficial de celebración de la fiesta nacional del país.
Enrique, de 69 años, delegará este martes en su primogénito, de 42 años, funciones que ahora corresponden al gran duque, lo que ofrece al heredero un período para prepararse y ganar visibilidad antes de asumir con plenitud la jefatura del Estado, una vez que su padre anuncie la abdicación definitiva.
Tras la ceremonia del traspaso de algunos poderes como lugarteniente-representante, Guillermo deberá jurar la Constitución del país en una ceremonia solemne ante el Parlamento.
Un día antes, pero de hace veinticuatro años, el 7 de octubre de 2000 fue, precisamente, la fecha en la que Enrique de Nassau fue coronado como gran duque de Luxemburgo, tras la abdicación de su padre (el gran duque Juan, fallecido en 2019) y después de más de dos años ostentando, también, el cargo de lugarteniente-representante del país, que asumió el 3 de marzo de 1998.
El gran duque Enrique tendrá la potestad de delegar los poderes que él considere y estipular, si fuese necesario, limitaciones a las atribuciones de su hijo durante el tiempo que asuma el cargo de lugarteniente-representante, que puede ser para un período delimitado o indefinido, según el mandato que le conceda su padre.
Las decisiones que adopte Guillermo durante su mandato de lugarteniente-representante tendrán el mismo efecto y gozarán del mismo rango jurídico que si las adoptara el gran duque Enrique, según detalló la Casa Real de Luxemburgo.
Guillermo es el mayor de los cinco hijos de Enrique con María Teresa Mestre, de origen cubano. Los grandes duques de Luxemburgo tienen ocho nietos, siendo Carlos -el primogénito de Guillermo- el siguiente en la línea de sucesión.
Por su parte, Guillermo está casado con la condesa Stéphanie de Lannoy (de la nobleza belga) y tienen dos hijos.
EFE