PARÍS.- «Los turistas desertaron de París» en las últimas semanas y, para desesperación de los hosteleros, una parte de los parisinos también han desaparecido de las calles de la ciudad en vísperas del inicio de los Juegos Olímpicos, bien porque se han ido de vacaciones, bien porque teletrabajan.
Este es el panorama que describe Frank Delvau, presidente de la Unión de Oficios e Industrias Hosteleras (UMIH) en París, que considera la situación «catastrófica» en la llamada «zona gris», en torno al río Sena, que está acordonada y vallada desde el pasado día 17 con vistas a la ceremonia de inauguración de los Juegos que se celebrará allí el viernes.
«Los restaurantes sufren en todo París» pero en esa «zona gris» a la que sólo pueden acceder los residentes, las personas acreditadas para los Juegos o quienes tienen una autorización específica (como los que tienen una reserva) la caída de la actividad es de alrededor del 70 %, explica a EFE Delvau.
La tasa de ocupación de los hoteles allí no supera el 30-40 % y aunque es algo superior en el resto de la ciudad, está netamente por debajo de la que había otros años en las mismas fechas.
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EFE