Los bebes y niños pequeños más expuestos a la televisión o a ver vídeos pueden tener más probabilidades de exhibir conductas sensoriales atípicas, como sentirse abrumados por sonidos fuertes y luces brillantes o mostrarse desinteresados en algunas actividades.
Las habilidades de procesamiento sensorial reflejan la capacidad del cuerpo para responder de manera eficiente y adecuada a la información y los estímulos recibidos por sus sistemas sensoriales, como lo que el niño oye, ve, toca y saborea.
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Un estudio que publica JAMA Pedriatrics señala que los pequeños expuestos a un mayor número de horas de televisión antes de cumplir dos años tenían más probabilidades de desarrollar conductas atípicas de procesamiento sensorial a los 33 meses.
La investigación, que encabeza la Universidad de Drexel, se refiere a “búsqueda de sensaciones» y «evitación” de las mismas, así como «bajo registro»: ser menos sensibles o más lentos a responder a estímulos, como que los llamen por su nombre.
EFE