REDACCIÓN CIENCIA.- El sector espacial es hoy mucho más que ciencia y exploración robótica y humana, es un área estratégica cada vez con más actores. Europa, uno de ellos, ha logrado en 2024 recuperar, tras una crisis de casi dos años, su acceso soberano al espacio con el nuevo cohete Ariane 6 y un Vega C mejorado.
El primero ofrece una mayor capacidad de carga útil para satélites más pesados y misiones complejas, y el segundo, más pequeñas, pudiendo colocar ‘pasajeros’ de entre 2.300 y 3.300 kilogramos dependiendo de la órbita. Son dos «lanzadores insignia» con los que Europa ha conseguido reponerse del «susto», señalan fuentes del sector consultadas por EFE.
Y todo esto en un escenario en el que Estados Unidos, China y Rusia son también protagonistas -la India ha seguido subiendo peldaños- y en el que la empresa de Elon Musk, SpaceX, se ha consolidado como líder del mercado del transporte espacial, con el gobierno estadounidense como cliente principal para el desplazamiento de humanos y de carga.
Una compañía que este año ha continuado implementado y poniendo a prueba su Starship, el mayor cohete espacial jamás construido y reutilizable que quiere llevar carga y tripulantes a la Luna y Marte, y que logró colarse, por su proeza técnica, entre los avances científicos más importantes de 2024 destacados por la revista Science.
Dos años sin lanzadores
Los países que integran la Agencia Espacial Europea (ESA) han estado casi dos años sin cohetes propios para poner en órbita sus misiones y, por tanto, sin un acceso autónomo al espacio, en parte por los sucesivos retrasos acumulados por el Ariane 6 antes de su vuelo inaugural en julio pasado y por el accidente de un Vega C en diciembre de 2022.
Una avería en la tobera de su motor Zefiro-40 provocó el fracaso de la misión y la pérdida de los dos satélites que transportaba, apartándolo durante dos años hasta que lograron solventar los errores.
Pero, además, un acontecimiento «absolutamente imprevisto» dejó a Europa todavía más expuesta. La guerra en Ucrania provocó la suspensión de la cooperación entre la ESA y la agencia rusa Roscosmos, lo que privó a los europeos de utilizar los cohetes rusos Soyuz.
Esta «crisis temporal» de lanzadores hizo, por ejemplo, que la ESA recurriera a cohetes de la firma privada SpaceX para enviar desde Cabo Cañaveral, en Florida, las misiones Euclid (2023) y Hera (2024).
Pero el panorama ha cambiado. Desde la ESA aseguran que Ariane 6 y Vega C proporcionan «una cobertura completa» para todas las necesidades de las misiones institucionales europeas, garantizado el acceso independiente al espacio.
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