domingo, mayo 19, 2024
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El Manchester City también sabe resistir los malos momentos

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CARACAS.- El Manchester City superó la prueba de resistencia que significó este sábado el Nottingham Forest al vencerlos 2-0 para continuar invictos en la Premier League.

Su pleno es imparable, seis jornadas y seis victorias, cinco puntos por encima de cualquiera de sus perseguidores más cercanos, a la espera de los marcadores dominicales del Arsenal, Tottenham y Liverpool.

Su fuerza local es incuestionable con 13 triunfos seguidos en la competición liguera desde el 1-1 del 31 de diciembre de 2022 ante el Everton. De sus últimos 26 duelos en el Etihad en este torneo ha ganado 24.

Su triunfo de este sábado fue fulminante. Inmediato. El líder no dio ninguna opción a la sorpresa al principio. Hasta que lo resolvió. En el primer cuarto de hora no le permitió absolutamente nada al Nottingham Forest, que persiguió ‘fantasmas’ sobre el campo.

Llegó tarde, sobrepasado por la precisión, la movilidad y la pegada del mejor equipo del mundo. No sólo ganaba 2-0 entonces, sino que la posesión era suya en un 88%.

El 12 era para su rival, que apenas había dado 24 pases en 15 minutos. Como si fuera un partido de balonmano, con un único equipo en ataque, el Manchester City, y uno en defensa, el Forest, todo se concentró en torno al área visitante, encima con el 97% de destreza en el pase del bloque de Pep Guardiola en todo el primer tramo, encima con el poder ofensivo de tres remates y dos goles antes de llegar al cuarto de hora.

La primera ocasión aún fue sólo un simple aviso. En el minuto 3. Las dos siguientes fueron la demostración más evidente de la altura a la que vuela el actual campeón de la Premier y la Champions en este comienzo de curso, como un líder inigualable, con 16 goles a favor y sólo tres en contra, repuesto de la derrota en la Community Shield con la expresividad de ser la referencia número uno del balompié mundial en la actualidad.

El 1-0, en el minuto 7, fue un golazo por el pase de Rodrigo, por la combinación atrás de Walker y por la volea de Phil Foden con la zurda dentro del área. Milimétrico todo el City, inevitable todo para el Forest.

El 2-0, en el 14, también surgió por la derecha con el centro de Matheus Nunes, indetectable de nuevo para la defensa contraria, y el cabezazo más cómodo del mundo para Erling Haaland. Son ya ocho goles en seis jornadas del noruego. Seis en los últimos cuatro duelos en la Premier. Son ya 44 en 41 choques desde su estreno.

Rodrigo es insuperable en el medio, Julián Álvarez aparece por todos los lados, Doku es un futbolista desbordante, Matheus Nunes sirvió un regalo a Haaland.

Y no estaba disponible Bernardo Silva, un futbolista que lo querían todos este verano, un jugador descomunal. Tampoco De Bruyne ni Stones ni siquiera Kovacic. Y Grealish salió a falta de tres minutos. Su plantilla es más que deslumbrante.

Ni siquiera necesitó exigirse mucho más el City, solvente también cuando Awoniyi aventuró algo más que el fútbol insustancial, impotente, por el que se movía el Nottingham Forest.

Es un equipo a años luz del conjunto celeste, por mucho que se presentó en el estadio Etihad en una convincente séptima posición, invicto las dos últimas jornadas, ganador en su última visita en Stamford Bridge frente al Chelsea. El City es otro nivel.

Sin embargo, no todo fue felicidad para el equipo de Guardiola. A los 27 segundos de la segunda parte, Rodrigo fue expulsado con tarjeta roja directa por una reacción inapropiada, sancionado por la «conducta violenta» con la que se desplegó ante Gibbs White.

La secuencia de los hechos: el volante español protegió un balón al lado de la esquina, su rival lo presionó, Rodrigo se giró, los dos se encararon cara a cara y el futbolista local agarró del cuello a su oponente, que se fue al suelo. El árbitro no dudó. El VAR lo confirmó.

No sólo fue la inferioridad numérica con toda una media parte por delante, sino los tres encuentros que probablemente caerán encima de Rodrigo, aparte del riesgo al que se expuso su equipo desde entonces en adelante, con un 2-0, con un hombre menos, con el cambio inmediato de Pep Guardiola, que dio entrada a Phillips por Doku, después a Aké, un central, por un atacante, Julián Álvarez, para recomponerse.

Porque la ambición del Nottingham Forest ya fue diferente, más convencido con un efectivo más. A los diez minutos del segundo tiempo, la posesión el equipo visitante desde la reanudación era del 71% por el 29 del City.

Mal síntoma para el bloque local, como la oportunidad que dispuso Awoniyi ante Ederson. Ambos se encararon. Los separó el árbitro. Más tensión en el duelo, embarrado en la agitación, en la fricción, otra vez.

Un tiro fuera de Nicolás Domínguez, debutante en el Forest, alimentó la duda del City, que fue más aparente que real, porque su contrincante tampoco fue capaz de inquietarlo de verdad con su superioridad numérica.

Sí lo intentó. No lo consiguió. Ni siquiera se acercó. Su primer remate entre los tres palos fue allá por el minuto 70. Fue el único que lanzó en el partido hasta la gran parada final de Ederson. El City también sabe defender. Y sufrir.

efe

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